Sin embargo, hay situaciones en las que no puede computarse la proporción de defectuosos, debiendo emplearse en su lugar el número de defectos. Por ejemplo, al examinar la pintura de un automóvil, se puede determinar el número de imperfecciones por coche, pero no la proporción de estas, puesto que el número total de taras posibles no se conoce (es virtualmente infinito). En estas situaciones se utiliza el Gráfico c.
Ya que se asume que el número de defectos por muestra se deriva de una población extremadamente grande o de una región continua, la probabilidad de que un elemento en sí mismo sea defectuoso es muy pequeña. Estas características permiten el uso de la distribución de Poisson. Sin embargo, como sucede en el gráfico p, se puede emplear la normal como aproximación a ella. La media del proceso es en este caso el número medio de defectos por muestra, c, y la desviación estándar de la muestra es su raíz cuadrada. Cuando c no se conoce, puede estimarse dividiendo el número total de defectos localizados por el número de muestras.
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