EL EQUILIBRIO ENTRE LOS COSTES DE CALIDAD Y NO CALIDAD (Primera parte)
Resulta evidente que la magnitud de los costes de calidad y de no calidad no es independiente. En general, al incrementarse el coste de lograr una buena calidad, disminuye el coste de la mala calidad. Esta situación puede estudiarse según el clásico equilibrio económico entre los costes de calidad. Debe advertirse que en el diagrama tradicional, el punto óptimo de calidad, para el que se minimizan los costes totales de calidad, no coincide con la totalidad (100%) de productos de buena calidad. Este hecho parece justificar un nivel de aseguramiento de la calidad inferior al perfecto, en el que todos los productos cumplirían las especificaciones. Esta visión es consecuente con la creencia de que alcanzar un 100% de productos de buena calidad no es posible a ningún coste, y que incluso acercarse a este nivel supondría un coste prohibitivo para cualquier compañía.
Sin embargo, de unos años a esta parte, algunas compañías japonesas, que se han visto secundadas por otras de todo el mundo, han adoptado una filosofía distinta, en la creencia de que alcanzar este 100% de productos de calidad puede ser un objetivo viable, si se tienen en cuenta las expectativas de mejora de ventas y de crecimiento de la cuota de mercado de que disfrutaría una empresa que alcanzara esta meta. Esto compensaría sobradamente el incremento en los costes de calidad.
Se basan en la premisa de que la curva de costes de calidad tradicional no refleja este posible incremento de ventas. Este nuevo punto de vista se pone de manifiesto en la versión modificada de la curva de equilibrio de los costes de calidad.
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